Silvia Cala. Foto: Andy Jorge Blanco/ Cubadebate. Silvia miraba al Capitolio desde el balcón, Helen se le abrazaba, mientras le decía: “Ita, Ita”. Los padres recogieron las mochilas de sus hijos de entre los escombros de la escuela. Sus grúas fueron las primeras que intentaron mover el camión cisterna, pero se tuvieron que buscar otras de mayor capacidad. Y nos mandamos a correr.