Las cosas que hasta ahora se vendían muy bien online -como, por ejemplo, las mascarillas quirúrgicas-, ahora no tienen tanta demanda como en los primeros momentos de la pandemia, y viceversa. El mundo está en plena evolución y por tanto las prioridades y tendencias de los consumidores también. Tampoco podíamos saber si la gente se iba a quedar en casa por miedo al virus, pero fue todo lo contrario, todo el mundo se volvió loco en los estadios, y las ganas de divertirse eran enormes”.