Interior del teatro Martí. Entonces, me escondí dentro de la cabina, al lado de una pared, lejos del cristal de la ventana. Entonces salimos corriendo y en ese instante, alguien dice: ‘la humareda está saliendo del Saratoga’. Cuando bajamos había gente que decía que habían explotado las calderas, pero en realidad no sabíamos qué había pasado. La gente les abría paso.