Argentina y Alemania se habían enfrentado previamente en dos finales: México 1986 e Italia 1990, con una victoria para cada uno. Gracias a esto, los abonos se dispararon en comparación con la pasada temporada, generando una mayor expectativa. Los tantos anotados por Robben y Dirk Kuyt no fueron suficientes para contrarrestar los remates acertados de Messi, Ezequiel Garay, Sergio Agüero y Maxi Rodríguez. Uno de los hechos que marcaron la historia de la sociedad, fue el de la inauguración del estadio San Siro en el año de 1926 inspirado en la arquitectura de los estadios ingleses.