↑ Sin bien el color riguroso era un rojo carmesí, las variaciones o desgaste del color adoptaban un tono más violáceo, que en ocasiones se identificaba como tal, y que terminó por consolidarse como color representativo. El escudo no variaba: la cruz de la casa de Saboya y, eso sí, los fasces (las varas y el hacha, símbolo procedente de la Antigua Roma que el movimiento fascista italiano adoptó como propio).