Tenía veintitrés años, camiseta suiza trabajaba como mezclador de chocolate en una fábrica de dulces y reprimía su homosexualidad hasta límites enfermizos. Pero los tiempos dulces durarían poco. Él simplemente, se levantó y se alejó un poco para evitar que le tocase. Durante varios años la convivencia con su abuela le alejó de los vicios, camisetas futbol baratas del sexo con hombres que él mismo veía inmoral y de su impulso por matar. Parecía que había logrado encarrilar su vida, estabilizarse y expulsar al demonio que, según Jeff, llevaba dentro.